
Un nuevo debate empieza a tomar forma en el país, enfrentando, por ahora, a quienes afirman que la culpa de que nuestros y nuestras adolescentes se embaracen y se hagan padres y madres a corta edad es de la escuela frente a quienes, en otra orilla, prefieren leer de manera compleja los asuntos de la educación para la sexualidad y los dilemas asociados a su vivencia.
Muy seguramente estén bien intencionados quienes quieren agregarle una nueva asignatura; ¡otra!, al abigarrado currículo colombiano, en el que diferentes disciplinas, campos conceptuales y rumbos epocales se disputan 20, 25 o 30 horas de la jornada escolar, convertida en un vademécum para la infinidad de los problemas societales del presente. Sin embargo, la pregunta que una cátedra obligatoria no responde es si ese es, efectivamente,[…]