
La construcción simbólica y significante de la realidad identitaria revela la tensión existente entre la asunción de la identidad personal y la colectiva, compleja más aun cuando quienes resultan reconocibles como pertenecientes a un determinado grupo étnico deben tomar la decisión de adscribirse o no al mismo.
En el espacio urbano, del cual suele predicarse una relación de pertenencia e interacción en el que las marcas culturales se subsumen en la expresión homogénea de la ciudadanía, tal adscripción resulta problemática y compleja, como quiera que en la ciudad los rasgos distintivos y particularizantes con los que suele ser identificada una etnia parecieran borrarse para dar paso al individuo atomizado y culturalmente unidimensional.
En tal sentido, preguntarse por qué significa[…]